Y al fin, tras 365 días, llegan esos momentos en los que apetece hacer resumen de cómo ha sido el año que está a punto de despedirse. Para mí, sintetizando, lo destacaría por un año de “darme cuenta”, aligerar mi equipaje, aclarar puntos importantes, encontrar el porqué, el cómo, el cuándo, el dónde… Un año duro, muy duro, un año triste, muy triste, un año exigente, muy exigente, y que cierro con una sonrisa en los labios, tranquilidad en el alma, y cargada de energías y mucho mucho amor a mi alrededor. Un año que ha dejado atrás a personas maravillosas, pero que pesaban demasiado, y que han dado protagonismo a personas increíbles que aligeran, y que aportan muchísimo con su mera presencia; un año que ha dejado atrás ataduras profesionales y me ha acercado a trabajos que me hacen inmensamente feliz; un año que me ha demostrado quién soy, quién quiero ser, y dónde quiero estar… AHORA, porque lo que importa es el presente.
El futuro, si el presente es bueno, se presenta solo, no se debe provocar. Al igual que los sueños, que se cumplen si realmente los deseas, pero hay que trabajar duro!! Eso sí, os lo aseguro, es un esfuerzo que merece muchísimo la pena.
Estoy enormemente agradecida a todas las personas y situaciones que me han acompañado este año, y deseo más que nunca empezar este 2019 que comienza. Un año que se plantea increíblemente exigente en muchos aspectos, laboral, logístico, personal… Ahora toca disfrutar, quererse mucho y dejarse querer… y coger el toro por los cuernos.
El honor está en el esfuerzo, no en el éxito. Agradece, respira, pon el foco, actúa!! Solo la perseverancia y la decisión, hacen que todo SEA POSIBLE.
Desde TERAPIAS 360°, feliz entrada de año.
