Concéntrate siempre en lo lejos que has llegado, en vez de en el camino que te queda por andar.
Heidi Johnson
NO SON INCOMPATIBLES. Todo lo contrario. Practicar ejercicio en el embarazo es positivo, siempre que se adapte a las necesidades de cada mujer y se tengan en cuenta ciertas reglas, como evitar los ejercicios de riesgo y los deportes de contacto, sobre todo en el último trimestre.
Practicar un deporte adecuado, proporciona mayor sensación de bienestar general, mejor resistencia física, más autoestima y seguridad emocional, más refuerzo muscular en la zona pélvica… También mejora la circulación sanguínea y la capacidad pulmonar, regula el ritmo intestinal y aumenta las defensas inmunológicas, de forma que previene enfermedades. Y además, está demostrado que es un estupendo antídoto para combatir algunos síntomas habituales del embarazo, como la fatiga, el insomnio, el estrés, el dolor lumbar, los calambres…
Sólo en algunos casos, poco frecuentes, el ginecólogo recomienda no realizar ninguna actividad física. Por ejemplo, si sufres hipertensión arterial, problemas cardiovasculares o de tiroides, abortos previos, embarazo múltiple, placenta previa o o rotura prematura de membranas
Una vez que hayas dado a luz, pasada la cuarentena, ya no hay problema para que inicies el deporte que desees o retomes tu actividad habitual, salvo que te hayan hecho cesárea.
¿Antes del embarazo nunca has practicado deporte? Si es así, no pienses que por estar embarazada tienes vetado el ejercicio.
Puedes dar paseos a buen ritmo, de media hora, sin agotarte. La natación también es muy aconsejable. Lo ideal es ir a una piscina tratada con ozono, no con cloro, y con el agua templada, si es posible.
Hay otras actividades que son especialmente beneficiosas. Tres horas semanales de yoga, con asanas y respiraciones específicas para embarazadas, relajan cuerpo y mente y preparan al cuerpo para el prolongado esfuerzo del parto.
Además, el yoga es muy recomendable para reducir el estrés, es muy relajante y permite conectarte con tu cuerpo, esencial cuando estás esperando a un bebe.
Cuando una mujer practica un deporte de forma habitual, ¿puede seguir entrenando durante la gestación? En principio, sí, salvo que se trate de una práctica arriesgada o exista algún problema en el embarazo (siempre debemos consultarlo previamente con el médico).
Un buen ejemplo es el de las mujeres que disfrutamos corriendo. Sólo hay que modificar un poco la rutina, para no agotarse, y dejarlo en los últimos meses, cuando se tiene menos equilibrio por el volumen de la tripa y más riesgo de torceduras por la relajación de los ligamentos.
En cuanto a la conveniencia del ejercicio en cada trimestre, en el primero hay más riesgo de aborto, por lo que es muy importante evitar el sobreesfuerzo, y en el tercero te agotarás pronto y tienes más riesgo de sufrir caídas. Por eso el mejor momento es el segundo trimestre, que además es la época en la que mejor se encuentra la mujer tanto a nivel mental como físico.
Tips para un entrenamiento correcto:
– Calentar y enfriar. Estira los músculos durante el calentamiento y también al terminar el ejercicio.
– Bien equipada. Utiliza calzado deportivo de amortiguación, ropa holgada que transpire bien y sujetador deportivo. Lleva agua contigo o tenla a mano para beber a menudo y evitar la deshidratación. También tienes que alimentarte bien. Si en el embarazo necesitas unas 300 calorías suplementarias, al hacer ejercicio necesitarás unas 500.
– Hay que controlar el ritmo cardiaco y no superar ciertas pulsaciones por minuto, ya que el bebé aumenta también su frecuencia cardíaca como mecanismo de protección.
– No te sobrecalientes. Evita las actividades que eleven en exceso la temperatura corporal, ya sea por el propio ejercicio o por practicarlo en lugares muy calurosos.
– Escucha a tu médico. Ten sentido común, adapta tu actividad a tu embarazo (tal vez tengas que cambiar de deporte) evita ejercicios que compriman la pared abdominal y escucha a tu tocoginecólogo, que debe aprobar el ejercicio que haces.