
Desayunar o picotear alimentos dulces es algo casi necesario para muchos de nosotros, y lo convertimos en un drama cuando decidimos modificar nuestra alimentación; lo primero que pensamos es que es imposible comer alimentos que sacien nuestras ansias de dulce si no consumimos azúcar. Pues bien, nada más lejos de la realidad.
Las frutas y algunas hortalizas, en concreto verduras de raíz (zanahoria, cebolla, calabaza por ejemplo) nos permiten crear exquisiteces como esta mermelada de calabaza con un toque de cardamomo y mandarina. Cómo lo conseguimos? Dejando que el propio alimento “saque” su propio dulzor a través de una cocción a fuego lento y durante mínimo 2-3h…
El método de preparación es común a cualquier fruta u hortaliza y requiere muy poca elaboración. Cortar los ingredientes, añadirlos a una olla preferiblemente de hierro colado con muy muy poca agua, añadir si queremos alguna especia (Canela, cardamomo, jengibre, clavo…) o fruta seca (arándanos, pasas…) y dejar cocinar a fuego muy muy lento y con la olla tapada hasta que por si misma se deshace y crea nuestra deliciosa mermelada.
Podemos hacer cantidad y guardar en tarros de vidrio envasados al vacío durante meses o comerla en seguida como es siempre mi caso, ya que aprovecho para emplearlas solas o como acompañamiento o ingrediente de otros platos.
Os animo a probar ahora que empiezan a venir las primeras fresas de temporada, con las últimas y ricas calabazas de invierno, la deliciosa manzana reineta… y me escribáis si tenéis cualquier duda.
BUEN Y DULCE PROVECHO!!