«Future’s made of virtual insanity»
«El futuro esta hecho de locura virtual»
Jamiroquai

Dia 30 de confinamiento. Seguimos vivos, seguimos bien. Confinar a un pais entero da para unos cuantos estudios sociológicos y para escribir un par de libros al más puro estilo Orweliano, cómo de una manera todos vamos pasando por diferentes fases, cambios de humor y sobre todo dedicamos el tiempo a lo que verdaderamente importa, que para cada uno será una cosa diferente, y está fenomenal que sea así.
Yo estoy en modo cocinitas, para variar; no concibo una vida sin poder cocinar, idear platos nuevos, siempre con una copita de vino en la mano o una buena IPA como ha sido hoy el caso, un toque de música (hoy tocaba ritmo brasileiro) y a dejar volar la imaginación.
Hoy he improvisado una fondue de queso vegano, rápida, sencilla, con pocos ingredientes y fáciles de encontrar, y que ha conseguido la aceptación familiar, y os aseguro que lidiar con jubilados omnívoros no es nada pero que nada facil.
INGREDIENTES PARA 3 PERSONAS:
– 200gr de anacardos crudos
– 3 cucharadas colmadas de levadura nutricional
– 2 ajos crudos
– 1 vaso de leche de almendras sin azúcar (o agua)
– 1 pizca de curcuma para dar color
– 1 cucharada rasa de tapioca (La tapioca sirve para dar la textura a la fondue, si no tienes por casa se puede modificar por maizena)
– Zumo de medio limon
– Una pizca de sal
La preparacion es muy sencilla. Ponemos los anacardos a remojo aproximadamente 10-15min. Mientras tanto preparamos en resto de ingredientes, buscamos un recipiente tamaño bowl de desayuno que sea apto para el horno y lo forramos con papel para hornear.
Encendemos el horno a 180º, calor arriba y abajo sin ventilador.
Escurrimos los anacardos y juntamos con el resto los ingredientes en el vaso batidor, triturando bien hasta que quede textura «yogur líquido»
Vertemos la mezcla en el molde y horneamos hasta que la capa superior se quede tostadita. Es normal que se hinche un poquito, como si fuera un bizcocho.
Sacamos del horno, decoramos con cebollino, romero, orégano… Y servimos directamente con palitos de verduras o crackers de pan.
Así de sencillo, así de fácil, así de delicioso, así de nutritivo.
Hoy se cumple un año del diagnóstico de cáncer a mi padre, fue una noticia dura… Estas noticias siempre lo son, pero escuchar este diagnóstico cuando mis padres hacía tan poco que habían empezado a disfrutar de la vida de nuevo tras el accidente de coche que les tuvo ingresados casi un año de su vida es duro, muy duro. Si a eso le sumas la distancia, la incertidumbre, y mi enfermedad cardiovascular… Joder, cómo pesa.
Por otro lado jamás sentí que fuera un drama, que me faltaban fuerzas sí, que me hubiera gustado tener un respiro tambien, pero así es, señoras y señores, LA VIDA. La vida es esto, y también son muchas otras cosas; la vida es respirar aire puro de la montaña. la vida con los raticos de vacileo con los colegas de entreno, la vida son las risas con amigos, la textura de un buen arroz meloso, el frio del agua de una poza del prepirineo, la vida es el COVID, la vida son las enfermedades, los accidentes… La vida es lo que tú quieras que sea, la vida es lo que tú quieras retener y cómo tú la quieras asimilar.
Hoy he cocinado un queso vegano, y parece que ha gustado mucho. Hoy celebro que mi padre sigue vivo, y que hace dos días le habría tirado el queso vegano hirviendo a la cabeza del día que pasé de confinamiento con ellos… LA VIDA. Y está bien como está.
Señores, señoras, buen provecho, buen confinamiento… y buena vida.
[…] He acompañado las hamburguesas con una ensalada fresca y queso de anacardos casero (tenéis la receta aquí). […]
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