
Hay lugares donde uno se queda, y lugares que quedan en uno
Palermo se escribe con P de papá. Pasear estos días por sus calles ha sido un constante ”esto le fliparía a mi padre”, ”si mi padre estuviera aquí le encantaría pasear por este mercado”, ”increíble la ópera, suerte que mi padre me animó a comprar la entrada”, “esta comida es 100% mi padre”…
A decir la verdad, si estoy aquí también es por mi padre. El ha sido el reflejo de lo que significa el trabajo duro, el tirar del carro aunque cueste, el levantarse cada mañana a ganarse el pan, el deber de ser autónomo, las horas y horas de trabajo, los kms recorridos para visitar clientes… Y que todo esto se traduzca también en aprovechar cada minuto libre donde sea que paren mis huesos para disfrutar de un restaurante, un museo, un café en una terraza, o una charla con algún habitante de la zona en cuestión.
Mi padre ha sido mi modelo y mi trampolin para ser una mujer independiente, trabajadora, responsable, metódica y perfeccionista. También me ha transmitido su timidez, su capacidad de disfrutar en solitario, su templanza y su poca capacidad de demostrar afecto. Lo reconozco, soy una blandita de corazón en cuerpo de acero inoxidable, nivel cilindro hidráulico de los que diseñaba mi padre; robusta, firme e irrompible, llena de capas fuertes, delicadas y brillantes que solo se dejan ver si reciben el cuidado y el chute de aire necesario. Esas capas imposibles de romper por sí mismas pero que pueden estropearse con una insignificante partícula de polvo del exterior.
Prudencia se escribe con p de papá porque él me ha transmitido la seguridad que da el saber ahorrar, la importancia de saber retirarse a tiempo y con la cabeza bien alta, el valor de la escucha más que del incesante parloteo, y lo importante que es para una mujer del siglo XXI saber dónde, cuándo y cómo.
Paciencia también se escribe con p de papá porque pocas personas conoceré en esta vida que sean capaces de adaptarse a las circunstancias, cuando la salud no acompaña, el dinero, una pandemia o lo que se tercie.
Posible se escribe con p de papá porque siempre que me he propuesto conseguir algo, a base de mucho esfuerzo y mucho sacrificio (casi) todas las veces lo he conseguido, tal y como hizo mi padre.
Mi padre también me ha enseñado que los huevos fritos se frien con cinco litros de aceite y que para cocinar un plato puedes llegar a manchar una cocina como si cocinases para veinte, pero por suerte tengo también a mi madre, que en este caso me ha dado mejores consejos 😉
Paz se escribe con p de papá porque él me ha enseñado la paz que da el silencio, y un estilo de vida tranquilo y calmado.
Pasear se escribe con p de papá porque anda que no hemos paseado veces juntos mientras me contaba historias.
Panceta y puchero también se escriben con p de papá, por algo será.
Espero tardar mucho en escribir las 101 cosas que me enseñó mi padre, así que de momento aquí me quedo, en Palermo, con p de papá y con la Paz que da el estar Presente (que son dos palabras que también se escriben con p de papá).
Hoy es día tres de Marzo y pronto será el día del padre, feliz día y feliz vida papá (con p de Palermo ❤️)