Generación BONOBO

Pienso mesa y digo silla. Compro pan y me lo dejo. Lo que aprendo se me olvida. Lo que pasa es que te quiero.

Gloria Fuertes

Los bonobos. Ay los bonobos.. Nos estamos bonobobizando y qué penita me da. Esta especie de primate casi idéntica al chimpancé parece sentir una pasión especialmente intensa por el sexo. Lo practican con asombrosa frecuencia y en todas las combinaciones imaginables.

Lo que más llama la atención de la sociedad de los bonobos es su práctica del sexo, de modo continuo, en todas las variantes y posiciones imaginables, con todo tipo de compañeros, y con prácticas que hasta hace poco se consideraban exclusivamente humanas, como el beso con lengua, la cópula cara a cara, la masturbación propia y del compañero, contactos homosexuales, bisexuales, tríos, sexo en grupo… y además todo de una manera sencilla y despreocupada.

Desde el punto de vista genético, tanto el chimpancé común como el bonobo tienen un 98,4% de ADN idéntico al del ser humano. Buena parte de nuestra especie ha buscado una sexualidad no reproductiva mientras otra parte ha intentado evitarla. Y la sociedad de los bonobos ha evolucionado de tal modo que el 75% de su actividad sexual es no reproductiva y tiene un efecto social medible y demostrable. Material de sobra para que los filósofos y sociólogos realicen reflexiones sobre nuestra propia sociedad, sus represiones y desarrollo, mientras los bonobos en los bosques del Congo continúan con su intensa, amable e inocente orgía continua.

La era BONOBO. Una era en la que está totalmente normalizado ”follar” en una primera cita; hacer uso de redes sociales , aplicaciones varias o de nuestro buen hacer para llevarnos al catre al susodicho, susodicha o susodiche a la primera de turno; pero ojo queramos tener el detalle de abrirle la puerta al pasar. Ojo nos apetezca soltar un ”desde que te conozco mi vida es más completa”, un ”me gustaría que fuera tu sonrisa lo primero que veo cada mañana”, un ”prometo cuidarte y respetarte hasta el fin de mis días” porque AHÍ NO. Generación de aprendices de empotrador ilustrado y chatis con leggings de rechupete luciendo palmito en instagram, fotos con más filtros que una cafetera de un restaurante de los EUA.. Eso sí, eso es lo normal. Pero ojo!! Decir te quiero da miedo, vergüenza y vete tú a saber qué más.

Hace unas semanas una amiga me comentaba preocupada que el novio de su hija de quince años le llamaba de manera ”cariñosa” zorra y le preguntaba si cuando se ponía un tampax también disfrutaba metiéndose los dedos.

Hace unos días un amigo me decía que se había convertido en ”puto-tinder mediante”, que ya si eso se buscaría una churri para el veranito.

Hace unas horas he recibido un mensaje con una poesía de Gloria Fuertes en la que me decían te quiero, pero un te quiero entre letras, nada de cara a cara, un te quiero pronunciado desde el miedo, que sexo todo el que quieras, pero que si te digo te quiero.. a ver qué vas a pensar.

Generación BONOBO. Más claro que el agua mineral de mi pueblo. En fin.

Menospreciamos nuestra capacidad intrínseca del cuidado, de la atracción espiritual, del nexo emocional que nos une a seres de nuestro mismo o diferente sexo. Vanagloriamos a todo aquel que nos cuenta sus aventuras sexuales y su desinterés en las mismas. Cuando lo que nos diferencia de otras especies es nuestra capacidad de reflexión, de empatía y de amar.. Cuando solo damos espacio y valor a demostrar cuán animales sexuales y salvajes estamos hechos.. Para qué hemos nacido hombres o mujeres? Mejor todos bonobos, y a follar todo el día, y a no sentir respeto, y a menospreciar una caricia o un detalle cogido al vuelo, y a trabajar bien nuestra pared abdominal y nuestro gluteo medio, y nada de leer, nada de ser uno mismo aunque duela, y hey.. que sobretodo si el mundo se acaba mañana que quede constancia de nuestro nivel de empotramiento superlativo y de nuestro sonrisa en instagram.

Y así nos va, 564 suicidios de adolescentes en 2021 en cataluña, crisis de ansiedad, trastornos de conducta alimentaria, coaches, psicólogos y libros de autoayuda creciendo a punta pala.

AMEN hermanos. Que viva el ser humano y su nivel de desarollo actual.

Ojalá llegue el día que normalicemos la poesía, la mirada furtiva, la lágrima introvertida. Ojalá llegue el día en el que exista un strava que mida nuestro nivel de esfuerzo emocional. Ojalá llegue el día en que nos preocupe más cómo hacemos sentir a nuestros hijos que el dinero de la cuenta corriente. Ojalá pueda quedar a comer cada día con personas tan increibles como Hector que tarda dos minutos en darme las gracias y en llamarme amiga. Ojalá dejen de piropearme llamándome guapa y me piropeen diciéndome ”serías la compañera de vida y la madre más maravillosa del mundo, y quiero cuidar de hasta tu última arruga hasta el día que ya no me queden fuerzas”.

Pero no. Mejor ser un bonobo, que para eso el universo nos dotó de intelecto, raciocinio y corazón. Y ya si eso encargo la cena en “uber eats” que tanto pensar me ha dejado un poco floja de entendederas.

Un comentario

  1. Que buena esta entrada, me llevas de la mano a observar lo que no he pillado por estar encerrado, ese sentimiento distinto para asumir las relaciones y esa levedad que deja un camino con vacíos.

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