“Un buen apuntador listo tras los tragaluces, es lo que haría falta para que un tímido tenga la última palabra.”

Amelie

He conocido a un duende con cresta. Los duendes con cresta son como la sorpresa del roscón, el trébol de cuatro hojas o las marmotas en el pirineo. No todo el mundo tiene la suerte de cruzarse con uno en su vida.

Un duende con cresta actúa como maestro de ceremonias entre un montón de duendes, y se casa con duendecillas encargadas de cuidar el planeta y los animalitos que lo habitan; tiene la capacidad de identificar a los duendes más molones y de hacer equipo entre ellos para que junten sus energías de duende y saquen lo mejor de ellos mismos.

Son de sonrisa etrusca y perenne, de esas que transmiten calma, hogar y armonía, y se guardan los momentos de genio y mala leche para soltar un zaska cuando menos te lo esperas y más necesario es.

Disfrutan de la naturaleza, del orden, de la estética moderna y los desayunos con clase. Son como 007, porque los cocktail deben ser de martini seco, agitado, no revuelto.

No es fácil identificar a un duende con cresta, es por eso que dan señales.

Si tienes la suerte de cruzarte con uno guárdalo siempre en la caja de esenciales porque es bastante probable que mejore tu estancia en el planeta tierra. Y no te olvides de seguir su rastro de duendes!! Te encontrarás duendecillas corredoras, duendecillos parlanchines, y algún que otro duendecillo gruñon pero de esos gruñones a los que solo te dan ganas de achuchar porque sabes que sus gruñidos son inofensivos y hasta un pelin cómicos.

Los encontrarás haciendo el saltimbanqui por los bosques del pirineo, en algún restaurante japonés o disfrutando de un rato de lectura por algún rincón escondido..

Activa tus alertas!! Nunca sabes dónde puede estar..