
¿Te has sentido alguna vez agotado emocionalmente? situaciones de estrés, problemas, exigencias personales o laborales, que si se extienden en el tiempo pueden provocar que nos agotemos emocionalmente.
El agotamiento emocional es un estado al que se llega por sobrecarga de esfuerzo, de cargar con la responsabilidad de asumir conflictos, responsabilidades o estímulos de tipo emocional o cognitivo. Es una experiencia en la cual la persona siente que no tiene la capacidad suficiente para afrontar el día a día a nivel psicológico y tiene un nivel de fatiga mental que puede llegar a ser incapacitante.
Esta fatiga es el resultado de exigirle a nuestro sistema más de lo que puede dar, o bien, de no darle tiempo a que se recupere entre desafío y desafío.
Al agotamiento emocional no se llega de un momento a otro. Se trata de un proceso que se incuba lentamente, hasta que hay un punto en que la persona se desploma y le produce un colapso, porque literalmente ya no aguanta más.
Aunque el agotamiento emocional genera la sensación de estar constantemente abrumado, sobrepasado y con una sensación bastante real y «objetiva» de estar fatigados mentalmente, suele estar acompañado de una gran fatiga física. Cuando sobreviene, hay una sensación de pesadez, de imposibilidad de seguir adelante. Todas estas sensaciones, nos impiden avanzar: la más pequeña de las tareas se convierte en una rampa muy empinada por la que no podemos subir o lo hacemos con gran esfuerzo.
Lo usual es que la persona agotada tampoco reciba el reconocimiento, el afecto o la consideración suficientes.
Cómo detectar el agotamiento emocional
Primero has de indagar un poco sobre qué situaciones o problemas has tenido en los últimos meses. El agotamiento emocional requiere de una acumulación de exigencias y estrés y, además, puede aflorar una vez que ya has solucionado tus problemas o una vez que ya «ha pasado la tormenta». Con lo cual, has de explorar si has pasado por alguna situación en la que se te ha exigido mucho o en la que has tenido que estar constantemente alerta y con muchos pensamientos en tu cabeza.
Los síntomas iniciales del agotamiento emocional son:
- Cansancio físico. La persona se siente fatigada con frecuencia.
- Irritabilidad. Hay molestia y pérdida del autocontrol, con cierta frecuencia.
- Falta de motivación.
- Distanciamiento afectivo. Las emociones comienzan a ser cada vez más planas. Como si en realidad no sintiera prácticamente nada.
- Hipersensibilidad a la crítica.
- Dificultades para pensar.
- Falta de motivación o bajo estado de ánimo bajo.
- Sensación de estar sobrepasado y sin fuerzas para continuar.
Consecuencias del agotamiento emocional
Si los síntomas del agotamiento emocional no son atajados a tiempo, pueden aparecer problemas graves.
La persona se siente sobrepasada y deja de recordar sus logros y confiar en sus capacidades. Bajo el paraguas del agotamiento emocional, crece la sensación de incapacidad, de ser muy pequeños en un mundo muy grande.
- Busca momentos en los que puedas relajarte y descansar.
Para vaciar la mochila del agotamiento emocional, va a ser necesario que pares y desconectes. Se trata de que tengas momentos que sean para ti, simplemente para distraerte y conectar con tus necesidades personales. Es fundamental desarrollar una actitud de comprensión y bondad con nosotros mismos. De lo contrario, más tarde o más temprano, será imposible seguir adelante.
- Realiza una lista de prioridades personales.
Intenta establecer prioridades. Para combatir el agotamiento emocional es necesario que dejes de exigirle a tu mente que rinda al máximo en tareas diversas y al mismo tiempo. Date el permiso para concentrarte en «una cosa por vez» y deja para mañana lo que no te quepa en la agenda de hoy.
- Aprender a expresar tus emociones de manera terapéutica
Saber expresar las emociones de manera terapéutica significa algo más que «decir cómo te sientes»; más bien se refiere a incorporar calidad a esa comunicación para facilitar al empatía de los demás. En este sentido, llevar un diario emocional puede ser una herramienta que te ayude mucho a expresarte y desligarte de tus pensamientos.
Recuerda que, si no expresas tus emociones negativas, como la tristeza o el enfado, estas se pueden retroalimentar. El invierno ha llegado, es momento de parar y pensar…