
‘‘No puede haber enseñanza sin maestros, sin profesores. La pedagogía no es solo una profesión para ganarse la vida, también es un compromiso.”
Pepe Mujica
Más de veinte años han pasado desde que decidí huir de Zaragoza en busca de un futuro más libre, en busca de mi verdadera identidad. Sin importarme qué comer, dónde dormir o de qué trabajar. Experiencia de vida le llaman.
Convivo con un maestro, con un profesor. Convivo con un GRAN docente y GRAN persona con un GRANDÍSIMO corazón. Su día a día transcurre entre cientos de adolescentes con cabezas llenas a veces de sueños, a veces de pájaros, las más de “pájaros soñadores”, y por edad podría ser perfectamente la madre de cualquiera de ellos.
Si fuera madre enseñaría a mis hijos el valor del que más carencia tengo y que sin duda es el valor que más mejoraría mi existencia en este planeta. Y no es el dinero, ni el estatus, ni la profesión, ni mi imagen personal.
Si fuera madre les enseñaría en primer lugar el valor de la escucha. La escucha interna para saber elegir bien su entorno, que dieran prioridad a tener siempre un auto diálogo de calidad y a tener una buena imagen de sí mismos a todos los niveles. Sin importar el peso, los estudios o la vida social.
Les enseñaría también la escucha externa, no sólo a nivel verbal si no a nivel asertivo y emocional. Les enseñaría a no forzar las situaciones ni a las personas de su alrededor, porque a veces si no dan más es porque simplemente no pueden dar más y les enseñaría que a esas personas a veces poco comunicativas hay que quererlas más aún, porque probablemente estén viviendo un caos interno que no pueden gestionar.
Vivimos un momento en el que los centros educativos están saturados activando protocolos por acoso, intentos de suicidio.. Adolescentes que viven una constante no-aceptación (física y emocional) y una falta de comunicación total con sus progenitores.
No son problemas actuales, son problemas más antiguos que el hilo negro; la diferencia es que ahora sí que disponemos de las herramientas como padres, docentes y como país si me apuras para ser conscientes , formarnos y poder ponerles remedio.
Como estado invertimos más dinero en armas que en educación.
Como padres invertimos más tiempo en nosotros mismos que en nuestros hijos.
Psicólogos, pedagogos, profesores, trabajadores sociales.. Os necesitamos más que nunca.
Otra herramienta maravillosa a nuestra disposición es el uso de internet, no para entrar en la web de Zalando si no para formarnos y leer mucho acerca de cómo podríamos apoyar a un adolescente en la actualidad, dejando de lado nuestras carencias emocionales (que las tenemos y que son un lastre de los gordos)
Como adolescente “madurita” echo en falta que en su día no me enseñaran a quererme tal cual, a dejarme querer por otros, a saber pedir ayuda o a no tener miedo ni desconfianza de mi pareja. A saber tomarme las cosas menos en serio y a tomar consciencia de que no hace falta dar siempre lo mejor aunque te dejes el hígado en ello, porque es muy difícil relajarse y ser feliz así, y además agota muchísimo. Me hubiera gustado que me enseñaran a ser más vulnerable sin pensar que es una debilidad que no se debe mostrar y a aceptar la vulnerabilidad de los otros sin someterlos a presión, exigencias o críticas constantes.
Tengo sobrinos adolescentes, algunos sufren TCA, otros fobia social, otros no saben estar sin mirarse al espejo más de cinco minutos. Y la vida chicos no es eso, la vida consiste en encontrarte, en aceptarte, en escoger una profesión bonita, en vivir haciendo poco ruido y en dar y recibir la mayor cantidad de afecto posible. Joder, que me pongo a llorar solo de escribirlo.
Papis, en la medida de vuestras posibilidades poneos las pilas.
Maestros, GRACIAS. Este mundo nuevo no nos simplifica la vida, nos la complica… Nos obliga a ir más lejos y más hondo en la educación.
Humanos , reflexionemos un poquito todos.
Madre mía qué gran verdad!!! Y como me identifico con lo que has escrito! Gracias Sara ya te lo dije ayer pero si que es cierto que hay que quererse seas como seas y escucharse a uno mismo
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Y sin mayonesa 😉
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3 minutos de lectura demóvil que tienen más valor que muchas horas que perdemos sin sentido delante de la pantalla. Gran reflexión y gran verdad, la vida pasa rápido y hay que enseñar a los hijos que lo más importante es ser felices tal cual somos, en la adolescencia es complicado asumirlo, pero con buena base familiar se puede ayudar. Gracias Sara
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