Hablemos de buenismo

Nuestra vida siempre es la expresión de nuestros pensamientos dominantes.

Kierkegaard

Para un aragonés de pura cepa el concepto “buenismo” puede recordarle a esa manera de definir cuando algo está buenísimo (como la tortilla de patatas de Kike, los guisos de mi madre o los garbanzos que cocina mi cuñado). Para el resto de la humanidad, definición de la RAE mediante, el concepto “buenismo” se entendería como algo así:

«Buenista» podría compararse con la expresión anglosajona “do-gooder”, empleada de forma satírica para aquellas personas que procuran hacer buenas obras a fin de ganarse el reconocimiento de los demás.

En mi cabeza existen tres tipos de buenismo: El buenismo adquirido, el buenismo impuesto y el buenismo de pacotilla.

El buenismo adquirido es el original, el de serie, el genético. Es el Kilian Jornet del buenismo ilustrado. Poco necesitan hacer estos dadores de buenismo para ser más buenos, más tolerantes y más molones de lo que son. Los que no estamos acostumbrados al buenismo auténtico podemos llegar a sentir verdadero miedo cuando nos encontramos con personas así. “Me estará engañando?” “Qué busca a cambio?” Pues no. Tengo que decir que los buenistas adquiridos son así, sin más. Sin doble rasero. Buenistas de serie. Consejo de vida: No los alejéis de vuestra vida, empapaos de su esencia que mola infinito. No seais zoquetes, y no dejeis que vuestras vivencias anteriores os impidan disfrutar de semejante manjar, que si se acercan a vosotros será por algo, que igual vosotros lleváis hasta un buenista adquirido dentro y ni puta idea que lo teníais. Si resuena, por algo será, que son buenistas, pero no estúpidos.

Definiría como buenistas impuestos a todo ese grupo de personas que manual de autoayuda y retiros esotéricos mediante ha conseguido “adquirir” ese rol que les mola tanto de buenista en potencia. Bueno, vale, pero con ojo. Está claro que puestos a elegir mejor un buenista impuesto que un narcisista de libro pero cuidadin con esta gente porque envía mensajes contradictorios. Su genética no es la de buenista, con lo cual es fácil que te vuelva un poco tarumba con tanto “tú lo que tienes que hacer…”, “a tí lo que te ayudaría es…” OJO CUIDAOOOOO!!! Que ya viene Miguelito con las rebajas y yo que no necesito comprar nada. Aviso para navegantes, antes de escuchar y tomar como válidos los consejos de un buenista impuesto te propongo que seas tú tu propio buenista, igual hasta te llevas una sorpresa amigui.

Y luego están los que más gracia me hacen (y más miedo me dan porque como te pillen con la cabeza sin amueblar te la pueden liar pero bien, y si son miembros de tu familia o grupo de amigos cercano NI-TE-DI-GO): Los buenistas de pacotilla.

Buenista de pacotilla es todo aquel o aquella que enfundada en un disfraz de “pobre de mi” busca en otros lo que no sabe darse o no sabe decirse a sí mismo. Problemón. Si sabes verlos venir, de la manera más educada y mas amorosa posible (porque la educación y el respeto es innegociable) te invito a que traces una línea entre tu energía vital y la suya, porque si no puedes acabar regulin. Tristemente puede darse el caso de que ese buenista de pacotilla sea tu propia madre o tu mejor amigo de la infancia. Pues lamento decirte que el método de actuación deberá ser el mismo: Te abrazo, te acompaño… y te pongo límites también.

No sé si le pasa al resto de la humanidad pero bien sea por mi condición de mujer independiente o por mi condición de mujer que se trabaja a diario (y trabaja con pacientes a diario también) de vez en cuando veo acercarse un halo de perfume de buenismo de pacotilla que se acerca a mí en busca de comprensión y escucha. Lo siento, pero no, jolines. No seamos tan egoístas, porque dentro de vuestra agonía y vuestro afán de chupopteros emocionales no sabéis el daño que podéis llegar a hacer. Entiendo y muestro compresión a todo aquel que está viviendo una fase de luto puntual por una pérdida significativa (trabajo, pareja, familiar…), pero hacer del luto un modus operandi porque consciente o inconscientemente has adquirido el rol de que hagan por tí lo que no eres capaz de hacer tú por tí mismo es súper contraproducente. Si sabes que tienes tendencia a la depresión no bebas o fumes marihuana como un poseso. Si sabes que tienes tendencia a la rigidez no intentes controlar hasta el último gramo que te comes. Si tienes tendencia a la soledad no te encierres en casa. De verdad, que nos conocemos mejor de lo que nos gusta admitir. TODOS.

Buenistas de pacotilla, amantes de lo bueno y molones en proceso del logro.. Feliz vida.

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