
De tanto callar me fui perdiendo
Olvidé decir lo que sentía
Y así silencioso me hice viejo
En apenas unos pocos díasY una noche, ya de madrugada
Ismael Serrano
Recordaba nuestro amor, insomne
Y como una risa inesperada
Sin pensarlo, pronuncié tu nombre
Los idiomas existen. Cuando nacemos adquirimos el idioma de serie, el que hablan en nuestra casa, en nuestro colegio, en el barrio donde vivimos.. Aprendemos a hablar por imitación como aprendemos casi todo.
En algunas casas tienen la suerte de hablar varios idiomas o pagan un colegio especial para que sus hijos aprendan otro idioma más, siendo plenamente conscientes de que ese gasto extra les supondrá una ventaja brutal a sus pipiolos en un futuro.
Que aprendas a hablar castellano en casa no implica que en tu edad más adulta no decidas irte a vivir a Japón porque te mola mucho más que vivir en Albacete y que adquieras por tanto el japonés como tu idioma base. Tanto tanto se puede arraigar este nuevo idioma que son unos cuantos los que después de años en el extranjero cuando vuelven a “casa” siguen hablando con acento de su nuevo país.
Cuantos más idiomas hablemos más capacidad de comunicación tendremos y por ende más facilidad para desenvolvernos a todos los niveles. Pero ojo; hablar idiomas no implica dos factores mucho más importantes:
– La escucha activa
– Las ganas de hacerse entender
Ya puedes hablar todos los idiomas del mundo que si no te paras a escuchar con las dos orejas que tienes, tomándote incluso si es necesario un tiempo para asimilar y buscar una respuesta acorde a tus sentimientos, tus conocimientos y tus capacidades la vas a liar pero bien.
Si me piden un helado de vainilla en catalán, aunque tenga el nivel B2, si antes de que me lo pidan ya estoy pensando en que seguro que lo que mi interlocutor necesita es una horchata pues.. pues seco lo vas a dejar. Conclusión? El secreto no consiste en saber un montón de idiomas. El secreto consiste en saber traducir las necesidades del otro. Y no sólo eso si no que (ahí va el bombazo del día…) NO ES NECESARIO ENTENDERLO TODO!! Existe un verbo de primera conjugación que se llama “preguntar”. Si se acerca alguien a tí en silencio quizá su idioma es el silencio. Si se acerca alguien preguntando en esperanto y entiendes el esperanto maravilloso. Si se acerca alguien a tí y parece que lo entiendes pero tienes dudas.. PREGÚNTALE. Será difícil que no quiera ayudarte a entenderle, al final si ha decidido acercarse a tí por algo será, no?.
Ay las ganas de hacerse entender.. Loca me traen!! Entre los “yo soy así y quien me quiera tiene que aceptarlo” y los “no quiero compartir lo que pienso” se generan unas carencias comunicativas de nivel ovillo de lana de casa de abuela. Muy grandes.
Yo soy así , ok. Este es mi idioma, ok. Quiero vivir en este planeta, relacionarme con diferentes seres, tener una pareja, un trabajo y una relación familiar adecuada… COMUNICACIÓN. Comunicación asertiva, comunicación pausada, comunicación con ganas de mejorar y hacerse entender. En este contexto lo mismo da el idioma que hables. Es como vivir en un piso de estudiantes con un belga, un portugués y un polaco. Si quieres puedes. Otra cosa es que quieras. Igual eres mucho más feliz trabajando desde tu habitación. Igual tus niveles de ansiedad lingüística se te apoderan y prefieres dejar pasar oportunidades bonitas porque lo que tienes ya te llena lo suficiente, y es la mejor opción posible sin duda, que a esta vida hemos venido a estar tranquilos y vivir serenos y felices, no a estar todo el día dándole a la sinhueso y dando explicaciones que no tengas ganas de dar.
Personalmente yo que he viajado por medio mundo y me ha tocado nacer en una familia numerosa y conocer un montón de personas he sacado la conclusión de que cuando he querido hacerme entender lo he conseguido, no siempre a la primera, no siempre con el resultado esperado, pero he podido comunicarme. Cuando he tenido delante a narcisistas de libro la comunicación ha sido imposible y una pérdida de tiempo y energía brutal. Cuando he querido comunicación para avanzar en situaciones donde era imposible hacerlo si no y no he tenido respuesta he tenido que trabajar la aceptación e integrarlo como parte del juego.
Ahora que lo de hablar ya lo tengo bastante por la mano voy a ver si me centro en escuchar idiomas nuevos, que últimamente tengo la sensación de que estoy intentando traducir a mi idioma lenguas que no tienen traducción. Y lo bonito de los idiomas es la persona que te los transmite.
Conclusión? El mejor idioma el de la mirada.
Que brilla? Te está diciendo que te quiere.
Que mira alegre? Se siente feliz.
Que mira dubitativo? Que está hecho un lío.
Que te mira con descaro? Uhhhh, se vienen cositas.
Que te mira con desprecio? Ni lo traduzcas. Sal de ahí.
Hablemos, con palabras. Traduzcamos miradas. Practiquemos la escucha. Que es genial comunicarse, excepto si llevas la boca llena, que entonces escupes cosas y no mola. Mejor tómate un tiempo para masticar y tragar lo que lleves y ya si eso me cuentas.
Feliz semana oyentes, traductores, lectores y masticadores.