
Es tan lindo saber que usted existe, uno se siente vivo, y cuando digo esto quiero decir contar aunque sea hasta dos aunque sea hasta cinco, no ya para que acuda presurosa en mi auxilio sino para saber a ciencia cierta que usted sabe que puede contar conmigo.
Benedetti
Recuerdo como si fuera ayer mi viaje a Bolonia a la feria Cosmoprof. En plena cúspide de mi carrera laboral, con mi melena rubia al viento, mi 1,80 con taconazos y un vestidazo que dejaba intuir unas medidas de modelo y una seguridad por encima de la media. Ejecutiva agresiva creo que le llaman. Ese año era mi tercer año organizando el stand y tenía como clientes a Bobby Brown con quien me reuní semanas después en Nueva York y acabábamos de vender un producto que habíamos desarrollado para Chanel. Too much señores. Pues bien, una de las noches llegando al hotel mi compañero Joan hizo eñ ademán de ayudarme a bajar del taxi y coger mi maletín.
– No Joan gracias, que yo puedo.
– Ya sé que puedes Sara, pero está bien saber que puedes contar conmigo. Es bonito dejarse ayudar.
Y ahí se quedo la cosa. Dentro de mí pensé “ya estamos con los machirulos, como si yo no fuera lo suficientemente fuerte como para llevar mi maletín y bajar sola”. Y así me planto con 40 años viviendo en un pueblo chiquitin, en una relación de pareja, con 39 años a mis espaldas de invidualismo, autoexigencia, independencia económica y cero habilidades sociales fuera del terreno laboral.
Y empiezo a compartir. Compar… what?? Cómo le voy a contar a mi pareja que he tenido un mal día? Cómo voy a explicar a algún amig@ que tengo miedo o me siento insegura? Divertirse? Descansar? Pensar en nada? No planificar las próximas semanas? Amigos? Pareja? Cómo voy a hacerlo si ni siquiera sé reconocer esas sensaciones, ponerles nombre y expresarlas dignamente… Y con esa madurez emocional de niña de 3 años me planto por la vida con la idea de que si al resto le sale solo seguro que a mí ahora que vivo en un pueblito feliz y ya no soy una superwoman también me va a salir. Que lo de las emociones, compartir, comunicarse y vivir relajado viene de serie. ERROR.
Y este verano me voy de travesía con tres tunantes por Tena y me echo a llorar porque uno de ellos no me choca la mano. Y me subo al Monte Perdido con el mejor y me echo a llorar porque me da miedo bajar un destrepe. Y me calzo una ruta por nieve y me echo a llorar porque las dos personitas con las que voy se acaban de conocer y a mi miedo por no controlar el terreno se une el miedo a que ellos no estén bien. No sé identificar cuándo necesito pedir ayuda. No sé expresar cómo me siento de manera natural, y ahora cuando lo hago me muero de la vergüenza. Y pienso de un modo totalmente irracional que nadie va a querer a su lado a un ser tan inseguro en busca de la clave de las sonrisas que brillan.
Me siento bien y me siento muy madura al expresar y poner nombre a todas estas sensaciones!! Ahora que tienen nombre puedo entenderlas, integrarlas, compartirlas y adaptarlas.
He llegado a la conclusión de que el mejor ejercicio es: observación, asimilación, integración, práctica y.. y que después vendrá la magia fijo.
Observar y utilizar de guía a aquellos que ya son como a mí me apetece llegar a ser. Asimilar que deseo cambiar muchas pautas de comportamiento adquiridas. Integrar con soltura todas estas novedades positivas hasta hacerlas mías. Practicar sin miedo al rechazo todas aquellas emociones que ya me salen de dentro y que son una pasada de chulas. Y todo con una sonrisa. ME MOLA.
Emociones.. Así que se puede ir por el mundo sin reprimirlas!! Y que son bonitas si se saben expresar a las personas adecuadas. Y que no sólo no me hacen pequeña si no que probablemente son la esencia más bonita que tengo para mostrar.
Menuda.
Sentir que la gente quiere contar conmigo. Que el mundo no es una lucha constante. Que lo de el que bien te quiere te hará llorar no es cierto. Que la gente quiera contar conmigo por lo que implica estar conmigo, porque disfrutan de mi presencia, aunque sea una ameba después de un día heavy de trabajo.
Contar conmigo, contar con quien me desee cerca, vivir y recordar momentos en equipo como el de la foto en el que queda perfectamente reflejado quién se “comió” literalmente a la montaña y quién casi sale volando por la escupidera.
Personal Heart Training vol 2.0. Surfeando la fase de adaptación y descarga.
Cansada. Sorprendiéndome. Expectante. Positiva. Sin prisa.
Seguimos sumando.