
No me voy, no quiero irme, dejarte… Te quiero
Gioconda Belli
Y hoy Javi se despide de él, y ahí están, cogidos de la mano. Y hoy él también acaricia la mano de su madre, atento a cada suspiro, buscando consuelo, ofreciendo cariño. Coger de la mano, qué gran regalo, qué gran consuelo, y no el orgasmo pasajero…
Dentro de unos días se cumple el aniversario de mi más bonito regalo de vida. El que era mi pareja me pidió en matrimonio el día de San Valentin. Dos semanas después mis padres tuvieron un accidente de coche.
Yo sola. 3h de coche desde barcelona. Sin más familia que yo misma y el policía que me hacía entrega de dos bolsas de basura. Una, con el nombre de mi madre, otra con el nombre de mi padre. Ropa rasgada, manchas de sangre.
UCI, camas de hospital, incertidumbre, máquinas que pitan y que te sacan de la habitación como en las pelis de la tele. Y piensas.. Wow, y entonces? Aquí acaba todo? Y.. y no me voy a poder despedir? Y.. y estoy sola. A mi futuro marido le agobiaba venir. Pobre pensaba yo, menuda carga le ha caído. Creo que nunca me había sentido tan culpable por no llegar a contentar a todos. Lo conseguí, llegué a todo, pero me olvidé de mí.
Unos cuantas semanas después mis padres volvían a estar juntos. Llenos de tubos, llenos de miedos. Yo estuve allí. Momentazos. Los tres, dos camillas, una enfermera. Reencuentros. Un año de hospital, menuda historia inesperada.
Su primer impulso al verse de nuevo? Cogerse de la mano. Y ahí quieras o no te cambia la vida. Porque yo no recuerdo ni cuando comía ni cuando dormía. No recuerdo qué hice todos esos meses. Me volví una marioneta del cuidado, un alma vendida al miedo a la muerte, la incertidumbre más desgarradora y la realidad de que ahí estaba. Sola. Pero ellos llenos de tubos intentaban cogerse de la mano.
Nunca me casé, él se fue, “sabes que si no hubiera pasado lo de tus padres seguiríamos juntos, estoy bloqueado, esto ha sido demasiado”. Gran explicación. Gracias.
Casi dos años después mis padres pudieron aprovechar el dinero de avance del banquete viendo sus queridas procesiones de semana santa en la suite de un hotel de la calle Alfonso. Ese fue mi regalo de boda. Mi regalo de vida.
Saber que después de algo así, cuando te encuentras sola en una casa ajena, abriendo bolsas de basura con ropa rasgada llena de sangre te cambia la perspectiva. Que la vida es preciosa, pero la vida no siempre es sonrisa. Y en ese momento lo único que puede sostenerte es un alguien que te coja la mano.
Orgasmos? Aventuras? Proyectos? Claro!!
Pero qué importante es coger de la mano. Porque la realidad más absoluta es que con suerte todos llegaremos a viejitos, y que qué bonito es poder contar con un hijo que te acaricie la mano cuando estés en plena despedida. Y qué bonito es pensar que los que no tenemos hijos llegaremos a viejitos con otro viejito que nos coja de la mano.
De la mano se va mejor por la vida, de la mano te sientes seguro, de la mano se deja de tener frío. Con una mano fuerte cerca se coge carrerilla para afrontar la vida con otra mirada. De la mano te despides, de la mano transmites, de la mano..
Hoy muchas personas pasarán la noche cogidas de la mano.
Nunca subestimes el poder de una caricia complice, nunca pierdas la esperanza de buscar esa mano. Nunca pienses que sol@ es mejor. El mejor hijo no es el de mejor carrera. La mejor pareja no es la del mejor carácter o mejor orgasmo. El mejor amigo no es el que más te llama. Quédate siempre al lado del que esté ahí ofreciendo su mano.
Semana triste. Despedidas. Aniversarios.
❤️