
A muerte, siempre
Dani Andrada
Dani Andrada no es el mejor escalador del mundo. Él mismo lo reconoce. Viaja mucho, saluda a todos, se ríe constantemente y escala con la misma pasión una vía de sexto que una de noveno. Su ingenio, su modo de ser, su modo de compartir y vivir la escalada es lo que le hacen grande. Esa especie en extinción que va por la vida disfrutando de lo que a uno le gusta, viviéndola con pasión de un modo sencillo y puro. Sin compromisos, sin problemas. Todo lo que ha hecho se lo ha ganado a pulso y pocas veces con un plan trazado. La gente le sigue porque cae bien. Es un tipo simpático y asequible al que se le nota que hace lo que le gusta. Y lo que mejor sabe hacer es escalar sin duda.
De estas que vengo de echar unos cuantos kilómetros con mi tamagotxi particular escuchando un podcast de este gran escalador, y mira tú por dónde me ha hecho sentir en casa. Cómo mola escuchar a gente que es casa. Cómo mola escuchar a gente que es un poquito como tú, a nivel de esencia, de puntos de vista y de manera de afrontar la vida. Arranco!!
Una de las cosas que destaca son sus libretas llenas de notas de todas las vías que escala, principalmente porque quién sabe cuándo va a querer recordarlas o volverles a dar un tiento. Aquí una servidora desde hace ya unos años hace lo propio con esta bitácora de viaje llamada 360°, alterego donde lanzo todo aquello que de normal no me atrevería a contar y que de vez en cuando me gusta releer para valorar todo lo que he aprendido y avanzando en este juego llamado vida.
Cuenta en la entrevista que una de las cosas más divertidas que hizo en una de sus incursiones en el mundo del yoga y del budismo fue un retiro de silencio de once días del cual salió hablando más aún si cabe y que le vino de perlas para poner orden a su cabeza. Esta mujer que suscribe, que pasa más tiempo sola del que le gustaría, reina de la comunicación permanente y del envío de podcast que a mí me encantan, que mucha gente valora y agradece y que otros reciben de menos agrado, pasa por retiros de silencio de tanto en cuanto y efectivamente, salgo de ellos con más ganas de hablar si cabe, lástima de falta de interlocutores en mis viajes porque chicos, menuda vida de película a veces.
Que es un motivao dice, que le encanta probarlo todo. Pues eso, que cuando lo mismo te da colgarte de una cuerda que dar la vuelta al mundo, o irte a camboya en bici o hacerte vegana… la motivación viene de serie; yo que siempre lo había achacado a eso de ser aragonesa y el “a que no hay huevos” resulta que va a terminar siendo una actitud de lo más internacional.
Habla con nostalgia hiper positiva de que ha ganado con el tiempo bastante más de lo que ha perdido con el paso del mismo. Que la edad es un grado, y que la experiencia, la técnica o las ganas cada vez son más grandes y que no cree que la cosa cambie en un futuro.
Así que eso, que hoy salgo del coche feliz de saber que hasta un tío que ya está pensando en dónde colocar un 10a por Guara se me parece un poquito. O yo a él, o igual no nos parezcamos en nada, pero espero que no nos conozcamos nunca porque como nos pongamos a hablar y a motivarnos mutuamente igual acabamos en australia en un retiro de cocina suiza escalando boca abajo.
Dani Andrada, me has caído la mar de bien, gracias por acompañar mi viaje 💕✨